¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir una puerta de seguridad?

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir una puerta de seguridad?

Tres son los principales grupos en los que se pueden clasificar todas las características de las puertas de seguridad: la estructura técnica de la puerta en sí, los elementos que constituyen el sistema de cierre y el control de la llave que nos proporciona el fabricante. Es evidente que ninguno de estos tres grupos puede suponer un punto débil. Describiremos resumidamente cada uno de estos grupos.

ESTRUCTURA TÉCNICA

Una puerta de seguridad constituye una inversión a la que debemos pedir la robustez necesaria durante los años en que nos preste servicio. Hoy día esa robustez no se consigue añadiendo peso innecesario a la estructura, lo cual daría como resultado puertas de difícil manejo y posiblemente peligrosas para la estructura donde se asientan. Se tiende a estudiar las aleaciones y la morfología de los elementos del blindaje, optimizando el peso y la resistencia. El resultado tiene que ofrecernos una alta resistencia al ataque violento, apalancamientos y aplicación de fuerzas horizontales fundamentalmente, además de contra la utilización de herramientas eléctricas (taladros, etc). Y solo podemos asegurarnos de ello si cumplen la normativa vigente, lo cual nos indica que ha pasado pruebas específicas. Por ello es importante  descartar puertas no certificadas o con certificación ya obsoleta.

Si la puerta va a tener que soportar condiciones climáticas especiales a la intemperie, debemos elegir una acorde a ello. Existen materiales y acabados resistentes a la humedad, salinidad, cambios climáticos bruscos, etc.

Otro aspecto importante es que la instalación de la puerta debe estar hecha por profesionales que conocen bien el producto.

SISTEMA DE CIERRE

Está constituido por tres elementos: la cerradura, el bombillo o cilindro y el escudo que protege a este.

La cerradura debe ofrecer capacidad de antiapalancamiento, y debemos considerar el número de bulones con que está diseñada así como la proporción de estos que queda embutida dentro de la estructura de la puerta. Idealmente, las tres cuartas partes deberían quedar dentro, y el cuarto restante de los mismos debería ser suficiente para anclarla. Además, el mecanismo de accionamiento de la cerradura debería estar protegido por algún tipo de placa con el fin de evitar en la medida de lo posible el acceso a la misma.

En cuanto al cilindro o bombín, está claro que debe ser una pieza de construcción lo más sólida posible, utilizando materiales resistentes al desgaste y a los intentos de rotura.

La pieza que cubre y protege el cilindro, es decir, el escudo, es asimismo una pieza  importante, pues es primer elemento que enfrentamos a los intentos de ataque. Hoy día existen escudos blindados, de estructura maciza y materiales resistentes al ataque con las herramientas cada vez más potentes que utilizan los ladrones, los cuales retrasan considerablemente el acceso al bombín y consecuentemente poseen también un efecto disuasorio. A la vez, se pueden combinar con un un sistema de alarma que actúa con antelación a la entrada en nuestra vivienda. Conviene observar también si el (o los) escudo(s) están insertados en la estructura de la puerta. Mejor si están abocardados al blindaje, pues de este modo será mucho más difícil su extracción.

CONTROL DE LLAVE

Debemos considerar a la llave como uno de los elementos principales de nuestra seguridad. Esto es así ya que de ella (y de su pieza hermana que es el bombín) depende en primer término que se pueda entrar o no por nuestra puerta. De hecho, el control de llave cobra cada vez más importancia. La patente de copia, la presencia o no de elementos móviles en su diseño, que dificultan enormemente su copia incontrolada, y el propio diseño de la pareja llave-bombín para descartar ataques de habilidad (ganzuado, bumping, etc)  son conceptos que nunca debemos pasar por alto a la hora de elegir una puerta de seguridad. Podemos preguntarnos también si necesitamos contar con dos llaves diferentes, en el caso de que deseemos, por ejemplo, controlar el acceso de ciertas personas, para lo cual debemos tener la posibilidad de instalar dos juegos de bombín-escudo y amaestramiento.

Por último, es conveniente contar con un registro informático de las copias existentes de nuestra instalación y con la posibilidad del aviso ante cualquier intento de copia no autorizada de las mismas.